EPN: día 43

POR EL DR. GUSTAVO CANO

Ahí la lleva el buen Quique. Coincido con la mayoría de los analistas políticos del país: es muy, pero muy temprano para evaluar la labor de EPN como presidente de la república. No obstante, a escasos cuarenta días de su gestión, hay por ahí algunas observaciones que se pueden hacer sin empacho alguno.

La primera tiene que ver con el tipo de país que hereda de la administración de Calderón. Creo que de todos los retos que tiene que enfrentar EPN el de la corrupción es el más grave y el que más urge ser atendido. La corrupción se ha institucionalizado en este país, por plantearlo de una manera realista, y es el principal enemigo de cualquier acción de gobierno, a los tres niveles. Por más discursos, promesas y acciones de gobierno que lleve a cabo la presente administración, la corrupción es un mal que se ha instalado a sus anchas en la vida institucional, tanto  pública como privada en el país y amenaza con neutralizar cualquier acción gubernamental de cualquier tipo. Si no se hace nada contra este problema, se corre el riesgo de que México haya perdido seis valiosos años de acciones efectivas y democráticas y se hayan ganado seis años en beneficio de personas e instituciones, nacionales y extranjeras, cuya corrupción únicamente perjudica al ciudadano promedio mexicano que tanto trabajo le cuesta sacar adelante su vida en un país del tercer mundo, como todavía lo es el nuestro.

La guerra contra el narcotráfico es, obviamente, otro problema serio. EPN debe poner límites a la intervención del gobierno estadounidense en nuestro país. Es la mejor manera de empezar a tratar de rescatar nuestra soberanía nacional, tan pisoteada y ninguneada por la administración calderonista. Operaciones policiacas de inteligencia, de infiltración y encubiertas es la receta más eficiente contra los cárteles de las drogas. El ejército mexicano debe regresar a los cuarteles y la gendarmería o guardia nacional de 10,000 elementos debe ser diseñada de tal manera que no sea un cambio nominal de estrategia, sino una herramienta efectiva contra el crimen organizado, sobre todo en aspectos relacionados con su control y auxilio de autoridades estatales y municipales en el tráfico y consumo de estupefacientes. La corrupción de los mandos es el principal reto ante la inminente creación del nuevo cuerpo gubernamental. A la fecha ha habido un lenguaje más de paz que de guerra al respecto y se ha evitado el tema de la legalización paulatina y progresiva de las drogas, sobre todo porque mientras los Estados Unidos no legalicen a nivel nacional las drogas, poco o nada se puede hacer al respecto en México. Mientras se siga contratando y contando con la asesoría de soldaditos colombianos, entrenados por la CIA, hacedores de héroes y de declaraciones victoriosas, creo que poco se va a avanzar en la materia.

Se cuenta con un gabinete equilibrado. Los principales jugadores, además del presidente, son Emilio Chuayffet, Miguel Osorio Chong, Jesús Murillo Karam, Luis Videgaray y Rosario Robles. Cada quien tiene un acceso relativamente equilibrado a la prensa o figuran en los planes y acciones inmediatas del ejecutivo, además de plantear su juego de manera coherente. Ciertamente, del dicho al hecho hay mucho trecho y hay que darle tiempo al tiempo para ver si estos nombres se mantienen a la cabeza. Creo que tanto Osorio Chong como Chuayffet la tienen mucho más difícil que los demás, pero esto es como en las apuestas en los casinos europeos: entre más alta la apuesta, mayor la ganancia. A EPN se le cuida mucho y muy bien, sobre todo en su relación con la prensa. Espero que no se le cuide tanto que se caiga en el síndrome de Rodrigo Medina (fallido gobernador de Nuevo León), donde se llega al extremo tal que al gobernador sólo se le requiere para que ponga la cara en cuanto sus colaboradores la riegan. No creo que México aguante o deba aguantar una situación de tal envergadura. El horno no está para bollos, pues.

Finalmente, está la situación de los municipios quebrados, financieramente hablando. El problema amenaza con convertirse en un nuevo FOBAPROA nacional y creo que aquí la escuela neoliberal que gobierna al país, desde mediados del sexenio de De la Madrid, está recogiendo su cosecha en relación al peor de sus pecados: actuar de manera doctrinaria, sin pensar, con puro actos de fe, como en los mejores tiempos del comunismo.  Los procesos de descentralización gubernamental que se llevaron a cabo en los ochentas y noventas están mostrando su alta inefectividad. ¿A quién en su sano juicio se le ocurre dar una mayor autonomía a los presidentes municipales en el ejercicio del presupuesto? Con todo respeto, cariño y hasta admiración, los cuadros municipales son los peor preparados para llevar a cabo decisiones de ejercicio presupuestal, ya sea en tiempos de vacas gordas o vacas flacas. Municipio tras municipio se empiezan a declarar en quiebra y no se ve para cuando va a parar este relajito. Los presidentes municipales llegan al poder haiga sido como haiga sido y gobiernan de la misma manera. Como resultado directo se tiene un progresivo incremento de la deuda que presidente tras presidente municipal intenta ignorar, hasta que el banco acreedor les empieza apretar el pescuezo y la federación se niega a socorrerlos con justa razón.

Y ya no se diga sobre el proceso de descentralización educativa que se llevó a cabo en los ochentas… pero de eso platicaremos al ratón miguelito.