Por Sagui Uscanga
Relaciones Internacionales
Universidad de las Américas, Puebla
Desde 1993, los abusos a las mujeres de carácter homicida se han visto repetidas veces en México pero especialmente en Ciudad Juárez, tanto que la ciudad es reconocida por ello. A través de estos 18 años, hemos aprendido que las autoridades mexicanas si bien han sido ineficientes en cuanto a esta problemática, bien se han hecho de la vista gorda y asimismo nos hemos acostumbrado a ignorar estos hechos después de que el homicidio se ha convertido en la rutina del mexicano.
Sin embargo, el día de ayer, el gobierno mexicano ha reconocido su responsabilidad y ha expresado disculpas a las familias de tres jóvenes, Claudia Ivette González, Laura Berenice Ramos Monárrez y Esmeralda Herrera Beltrán quienes fueron asesinadas por motivos de género en el caso “Campo Algodonero” que sucedió hace ya 10 años donde se encontraron a dichas jóvenes junto con otras ocho en la locación. La disculpa del gobierno mexicano fue dirigida específicamente a estas tres mujeres ya que sus familias se encargaron de denunciar los sucesos a organismos internacionales en vista de que no se contaba con el apoyo de las autoridades nacionales, esto se ve reflejado en el testimonio de la madre de Esmeralda Herrera Beltrán, quien también era menor de edad, quien cuenta que “se dieron múltiples irregularidades e inconsistencias en la investigación del caso como la inexistencia de información sobre las evidencias encontradas... no entregaron a los familiares ningún documento de la autopsia; no les permitieron estar presentes cuando se pasó el cuerpo al ataúd; no entregaron los resultados del ADN…cerraron el caso y los familiares han sido víctimas de maltrato, hostigamiento e intimidación por parte de las autoridades.”[1]
A causa de esto, los familiares de las víctimas apelaron desde 2005 a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la cual en 2009, sometió a México a una corte y se le condenó de incumplimiento del deber de investigar y asegurar los derechos a la vida, la integridad y libertad personal por abusos a los familiares de las víctimas y violación a los derechos del niño, ya que como se mencionó anteriormente, dos de las jóvenes eran menores de edad[2].
A todo esto, se replantea la pregunta ¿Hasta dónde llega el feminicidio en México? Tiene que ser la acción de un organismo internacional la que regule la “eficacia” del gobierno mexicano (que sólo logró unas disculpas y un memorial) mientras que con la nueva guerra contra el narco se tiene otro cuestionamiento en mente ¿cuántos crímenes por cuestiones de género se han cometido desde el 2006? ¿Cuántos de ellos se han tomado como tales y no como crímenes de guerra? Por ahora sabemos que se toman en cuenta 246 mujeres asesinadas en la Subprocuraduría de Justicia en el 2010[3], sin embargo, no considero que tales cifras sean correctas, teniendo en mente que la mayoría de los habitantes del país son mujeres y viendo los ya más de 36,000 muertos desde la incursión de Calderón a la presidencia.
¿Cuándo es considerado un homicidio a una mujer por cuestión de género feminicidio? Considero que la concepción de feminicidio en México está mal, ya que en principio no se tiene la iniciativa de una investigación propia de cada homicidio, que si bien por crímenes vinculados con el narcotráfico, no debería dejar de considerarse de carácter violatorio de los derechos de la mujer.
[1] “Caso Campo Algodonero, México (femicidio-feminicidio)” Organización CLADEM, 14 de Junio de 2010 18:17. http://www.cladem.org/index.php?option=com_content&view=article&id=404:caso-esmeralda-mexico-femicidio-feminicidio-remetido-a-la-corte-interamericana-de-derechos-humanos&catid=46&Itemid=132
[3] “Informe semanal Ciudad Juárez. Red Mesa de Mujeres de Cd. Juárez” Organización Campo Algodonero, Miércoles 15 de diciembre del 2010. http://www.campoalgodonero.org.mx/las_victimas/feminicidio
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