lunes, 17 de febrero de 2014

Y seguimos diciéndole “no” al progreso…

Diana Patricia Gutiérrez López
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Y seguimos diciéndole “no” al progreso…

Marchan simpatizantes de la Coordinación Nacional de Trabajadores de la Educación  sobre la carretera México-Toluca en protesta contra la nueva reforma educativa y en contra de la realización de la Cumbre de Líderes de América del Norte.

No cabe duda que cada pueblo tiene el gobierno que se merece, las instituciones con las que la ciudadanía se conforma, creando una sociedad atrofiada y mediocre que solo hace la vista gorda y en el mayor de los casos, expresa una opinión pero no la difunde, no trasciende. Creo que es increíble que el problema con los sindicatos de maestros siga vigente a través de los sexenios y más por la causa por la que se sublevan. No encuentro otra palabra para denotarlo más que cinismo. ¿Cómo es posible que el futuro de las mentes de México esté en las manos de estos parásitos con nada de preparación y demasiada vacuidad?

México está pasando por una etapa difícil como país en donde el funcionamiento del Estado deja mucho que desear, donde las políticas públicas necesarias no están siendo aplicadas quebrantando el contrato social, dejando a sus ciudadanos frustrados e impotentes. A pesar de esto, aún se hace cierto esfuerzo.
Uno de los pilares más importantes de una sociedad es la educación, si no es que es el principal cimiento y ahora que nuestro gobierno está tratando de impulsarlo, uno de los cánceres que padece el país le impide su desarrollo. Este cáncer son los sindicatos. No creo que estos no tengan propósito ni que sean obsoletos, solo que están demasiado desfasados en cuanto a la época. Se han quedado rezagados al progreso, a la evolución de la sociedad e instituciones, creciendo con una autonomía que les permite hacer y deshacer sin consecuencia alguna. Debemos de buscar la manera de contrarrestar este poder impune que les permite crear caos sin congruencia y sin sentido común.

Conclusión:

Estoy en total desacuerdo con la marcha del CNTE pues estoy incrédula a sus razones y a los mecanismos que emplean para manifestarse. Lo único que hacen es poner en evidencia ante el mundo la debilidad de su causa. No entiendo a que derecho se creen acreedores para liderar la educación del país, para evaluar a los estudiantes cuando ellos abierta y cínicamente no quieren someterse a pruebas para ser evaluados y mejorar el nivel educativo de México. Esto solo demuestra los valores que están inculcándole al futuro de nuestra nación y me inspira una gran decepción. No pertenezco a ningún grupo de debate pero sé que en un conflicto tiene que haber diálogo, y detrás del diálogo, argumentos que lo respalden para que haya una justa retroalimentación de las partes. En este caso, no existen argumentos por parte del sindicato de maestros que sean válidos para defender su desvergüenza por sed de poder, dinero e influencias. Solo el hecho de que en México, los sindicatos son inmunes a cualquier tipo de responsabilidad social y por esto, es un cáncer que seguirá infectando a nuestro país. No sé si es parecido a la realidad o pura coincidencia pero es triste saber que aún no existe una cura para el cáncer, tanto literal como metafóricamente.

http://www.reforma.com/nacional/articulo/731/1460977/

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