martes, 26 de junio de 2012

¿Por qué yo no votaría por Enrique Peña Nieto?

DR. GUSTAVO CANO

Enrique es buena persona, eso creo que me queda claro. Pero en política las buenas personas son buenas herramientas y de ahí no pasan. Me da la impresión que, como presidente, Enrique no va a ir más allá de lo que el viejo PRI se lo permita. Espero equivocarme profundamente. Es como si el síndrome Rodrigo Medina se fuese a repetir: en Nuevo León llega al poder un gobernador con buen porte y guapo, con la familia perfecta. Una cantidad enorme de intereses y compromisos lo atan poco a poco y cuando se presentaron los problemas fuertes, pues él se dedicó a hacer lo que mejor le sale, dar la cara. El gobierno de Nuevo León actualmente va de mal en peor día tras día y no es coincidencia ni improbable que el Peje pueda llevarse Nuevo León en estas elecciones.

Enrique hace lo que le dicen y lo hace bien pero, cuando se queda sólo, tiende a regarla, se enoja rápido. En la Ibero, su referencia a Atenco fue ridícula: la Suprema Corte no apoyó las acciones del gobierno de México, eso es completamente falso. Lo que sí le salió muy bien fue su afirmación de que él, como gobernador, hizo uso legítimo de la fuerza. Cierto, es una prerrogativa del cargo, pero eso debe ser el último recurso. Su actuar y decir irremediablemente me trae a la mente tantas cosas del viejo PRI: el 68, el 71, los ferrocarrileros como grupo de choque, los asesinatos políticos sin resolver, los arreglos debajo de la mesa sin considerar los verdaderos intereses de la nación, la visión política de "todo para el ganador"…

También en la Ibero el viejo PRI arrogante y autoritario sacó las garras vía las infortunadas declaraciones de Coldwell, que considera a la juventud como material de manipulación e incapaz de generar pensamiento político propio: esto originó el surgimiento del movimiento #YoSoy132. Enrique iniciaría su sexenio sin el apoyo de los jóvenes. También Enrique va a tener que pagar la factura que le va a pasar Televisa. Cuatro años de cobertura nacional no son gratis. Enrique también es el abanderado del partido Verde, una verdadera vergüenza de partido político que ha promovido la pena de muerte (¿Se imaginan? ¿La pena de muerte en manos del estado mexicano?) y afirma que ha hecho tal o cual cosa en pro de la ecología en México, lo cual es una cínica aberración en términos de acciones y resultados concretos.

Lo que debería ser una ventaja para el nuevo presidente, en el caso de Enrique se puede convertir en una pesadilla: es bastante factible que el PRI controle ambas cámaras del legislativo. Esto se traduce como el asentamiento de poderosos intereses negociadores y pragmáticos, ante los que el ejecutivo acabaría por ceder de manera sistemática. Yo no confiaría mucho en un régimen controlado por el viejo PRI, con base en el legislativo. En un descuido Enrique se pone las pilas y en cuanto se ponga la banda presidencial, empezaría a limpiar la casa. ¡Ojalá!

Enrique se perfila como favorito. En lo personal, creo que va a ganar este domingo. Pero, por todo lo anterior, definitivamente yo no votaría por él en estas elecciones. El beneficio de la duda se le otorga a su labor como presidente, pero veo muy difícil que la pueda librar. ¿Escogerá él mismo a los miembros de su gabinete?

Independientemente de quién gane la presidencia, esa persona tiene que sentarse a platicar con el ejército, con los Estados Unidos e implícitamente con el narco. No veo a un Enrique preparado para hacer esto, por más asesores que tenga, de los buenos o de los malos. Espero equivocarme, con toda mi alma, por el bien de México. Estamos en la orillita del abismo, el margen de equivocación en términos de formulación y aplicación de políticas públicas coherentes es cercano a cero. Así como están las cosas, ojalá el Ser Supremo ilumine a Enrique, yo no veo de otra.

2 comentarios:

  1. me parecio pertinente que no agregaras los infortunados encuentros circunstanciales con Salinas, y la historia de princesas y principes con su tio Montiel.

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  2. ¿Qué podremos espera de Enrique Peña Nieto? no me imagino otra cosa que no sea desgracia, quizás a eso se referían los mayas. Yo igual creo que va a ganar la presidencia, no se que pasara si realmente se distancio de Elba Esther ¿usara su poder para buscar quitarla en el sindicato?,¿se mejora la educación o buscara clonar su intelectualismo? el pueblo mexicano se sentirá con esa persona que juega la ruleta en el casino, sabe que no tiene oportunidades de ganar, sin embargo, lo intenta por que el entorno lo persuade o por X y Y circunstancias, al final no gano o quedo peor de lo que estaba antes.

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