Los logros, que son aplaudidos por la comunidad LGBT, sí vienen de presión y actividad de una multitud de organizaciones civiles que luchan por reconocimiento de derechos iguales. Pero pocos mexicanos dirían que están a favor de la legislación permitiendo el matrimonio gay,[1] y todavía la fe católica tiene un gran impacto en la población mexicana, diciendo que la homosexualidad es inmoral y destruye la familia. En por ejemplo Jalisco y Guanajuato, considerados como dos de los Estados más conservadores de México, las autoridades patrocinan seminarios dados en las iglesias para conseguir arrepentimiento en y sanar a los homosexuales.[2]
¿Qué importancia tiene para México como sociedad en general, y para la comunidad LGBT en particular, las decisiones de alto nivel político cuando todavía una gran parte de la población no está conforme con estos cambios?
Si la gente y los funcionarios que deban ejercer la legislación no están de acuerdo con ella y no tendrán la voluntad de tratar a LGBTs y heterosexuales de la misma manera, no habrá mucho cambio en cuanto a la discriminación indeseable en México. Una cuestión democrática también es hasta qué punto los representantes deben reflejar lo que piensa el pueblo. La política debe tener fundamentos populares y se puede debatir si una política de élites imponiendo ideas desde arriba muestra una democracia verdadadera. Sin embargo, un tratamiento igual independientemente de factores como por ejemplo etnicidad, religión o preferencia sexual es de tal importancia que políticos con un ambiciones y esfuerzos de igualdad entre las personas no pueden verse impedidos a causa de una idea vigente popular de discriminar entre las personas de una manera completamente injusta.
Se puede esperar que la aprobación de la nueva reforma constitucional provoca un debate y reconocimiento del problema de discriminación de personas LGBT en México que a largo plazo contribuye a un debate que tiene como resultado un cambio ideario estructural. Aunque los cambios legales no tengan el apoyo de la mayoría de la población mexicana, estos pueden despertar ideas y cuestionamientos importantes sobre igualdad de derechos en los mexicanos que en un futuro no demasiado lejano contribuye a un mejor tratamiento a las personas independientemente de su preferencia sexual.
Entonces, ahora lo que tienen que hacer las organizaciones civiles que lograron los cambios mencionados, es luchar para un cambio ideario en la población mexicana. Hay que hacer campañas no sólo dirigidas a políticos, hay que platicar con la gente, hay que fortalecer las parroquias que dan la bienvenida y aceptan a la gente LGBT. En esto se debe concentrar la lucha para dar fortaleza verdadera y necesaria al recién cambio constitucional.
La nueva redacción constitucional prohibiendo discriminación por motivos de preferencia sexual puede ser considerada como palabras vacias careciendo el apoyo necesario del pueblo mexicano, y por eso padeciendo de ser una reforma con poca importancia. Sin embargo, es un error no considerar la nueva redacción constitucional como muy importante para posibilitar y fomentar un cambio hacia una sociedad más tolerante, más incluyente y más igual, dando a las personas los mismos derechos y oportunidades independientemente de su preferencia sexual.
Sonja Ashti Ghaderi
Ciencias Políticas
Universidad de las Américas Puebla
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