Por: Arlette Ordóñez Ortiz
Relaciones Internacionales- UDLAP
En la historia de los Estados Unidos, el Congreso no había presentado un índice tan bajo de popularidad de parte de sus ciudadanos como se ha presentado en los últimos meses de este año. De acuerdo a la encuesta realizada por Gallup, los estadunidenses se encuentran insatisfechos con los problemas de presupuesto que ha tenido el partido republicano con el demócrata. El 81 % de los encuestados dicen estar insatisfechos en cómo se rige el país. El disgusto ciudadano cruzó la ideología política, ya que el 65% de los demócratas estuvieron inconformes, uniéndose a esta inconformidad un 92% de los republicanos.
Según las encuestas vía telefónica, el 82% de los estadunidenses desaprueban la manera en la cual el Congreso está realizando su trabajo y el 69% tiene poca o ninguna confianza en la rama legislativa del gobierno. Estos porcentajes han propiciado un nuevo récord dado que en 2010, el 63% de la población dijo no haber tenido confianza en sus legisladores.
En cierta medida el presidente Obama ha puesto en duda, si la labor del Congreso ha sido del todo buena o congruente con los intereses de sus legislados. Durante su campaña se le ha notado un poco tenso durante los mítines que se han enfocado a la posible aprobación del plan de trabajo. Debido a que el país está en medio de una crisis económica, sería conveniente que este plan se aprobara, sin embargo los republicanos siguen concentrándose en la reducción de la deuda y los recortes de impuestos. Con esto los republicanos pretenden ganar la presidencia en las elecciones del próximo año, manteniéndose a cargo de la Cámara.
El gobierno estadunidense una vez más se podría enfrentar, si la ley de gasto no pasa. Por esa razón el Senado programó una votación de prueba para el próximo lunes como una medida provisional. El proyecto costaría alrededor de $4 billones de dólares, la cuestión a debatir aquí es, si se debe compensar o no el coste de operaciones de socorro mediante algunos recortes de gasto.
La Agencia Federal de Emergencias dice tener $175 millones de dólares en presupuesto para pagar los daños por el huracán y la tormenta tropical Irene Lee. Los Republicanos desean incluir $1.6 mil millones de dólares en recortes de gastos para pagar parte del desastre, mientras que los Demócratas se oponen a cualquier recorte, argumentando que la ayuda de emergencia no tiene que ser compensada. Ante esta situación presentada en el Congreso, los Republicanos ven con desagrado la falta de apoyo de parte de los Demócratas para que este recorte se pueda donar a los estados afectados por el desastre.
Ante las diferencias entre ambos partidos en los últimos meses se ha notado esa falta de coordinación en el Congreso y falta de preocupación de parte de los legisladores, en este caso Demócratas por aprobar el recorte de gastos y de esta manera ayudar a los estados afectados por el huracán. En estos momentos, lo que está impidiendo una buena labor de parte del Congreso, es que lo propuesto por los Republicanos no es aprobado del todo por los Demócratas y viceversa. Además de que están dejando a un lado a sus ciudadanos realmente afectados por el desastre, por esta razón los estadunidenses desaprueban y se encuentran insatisfechos con la labor del Congreso como nunca antes se había experimentado en la historia de los Estados Unidos.
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