Ricardo Rangel Rivera
Sociedad y Política de Estados Unidos
Estados Unidos que alardea con ser la nación bendecida
por dios, destinada a dominar el mundo y de exportar una imagen de perfección. En
pleno siglo XXI, la mujer americana sigue padeciendo de vivir en una sociedad
paternalista que margina sus derechos y aspiraciones.
En el artículo del 9 de
abril de 2013, del the economist titulado, “Women in the workforce.”
Describe algunas de las condiciones en el campo laboral para las mujeres
americanas. Después de tener a sus hijos, las mujeres que regresan a trabajar,
tienen que pagar una considerable proporción de su ingreso en guarderías y en
impuestos. Esto hace que se reduzca una buena parte de su salario. No es
factible que dejen el trabajo para cuidar a los niños, ya que por cada año que
pierden, su salario se reduce, así como sus posibilidades de obtener empleo. El
salario de las mujeres es 23% menos que los hombres.
Es reciente la integración
de la mujer americana en la sociedad. Antes de 1920, las mujeres no tenían
derecho a votar. Hasta la década de 1930, las mujeres
casadas no se les permitieron viajar por su propio pasaporte, debía ir su
marido. Hasta la Segunda Guerra Mundial se prohibía a las mujeres casadas de muchos
trabajos de oficina y de la enseñanza de la escuela pública. No fue hasta 1970,
cuando se creó una enmienda constitucional para garantizar la igualdad de
derechos para las mujeres. Sin embargo, los trabajos relacionados con las
mujeres son, tradicionalmente, devaluados y los tipos de habilidades que estos
trabajos requieren son consideradas menos valiosos que los tipos de habilidades
asociadas a los trabajos masculinos. Además, las barreras de género y la
discriminación que sufren las mujeres, se reflejan en la forma en que las mujeres
puedan optar por no competir en las jerarquías debido a que sus prioridades
personales es una cuestión empírica extremadamente difícil. Por ejemplo, ¿Qué
hay sobre las mujeres en posiciones políticas de poder? En 1979, sólo el 3 por
ciento de las personas en el Congreso de
Estados Unidos eran mujeres. Para el 2009, constituyen por debajo del 17 por
ciento del Congreso. Por otra parte, La violencia sexual, tanto como fuera o
dentro del matrimonio es una característica central de la dominación masculina
en muchas sociedades, incluyendo al contemporáneo Estados Unidos. Con
frecuencia, las demandas de las mujeres fueron objeto de burla, y el feminismo
como la forma articulada de hablar de las relaciones de género y dominaciones
masculinas fue caricaturizado con frecuencia y denunciado.[1]
En conclusión, las mujeres en los Estados Unidos siguen
siendo discriminadas. En el 2002, Osama Bin Laden escribió es su “carta a
Estados Unidos”: “es una nación que explota a las mujeres como productos de consumo
o recursos publicitarios, para inducir a los clientes a comprarlos. Usa a las
mujeres para que atiendan a pasajeros, visitantes y extranjeros, y así aumentar
sus márgenes de ganancia. Y luego ustedes se jactan de apoyar la liberación femenina”.
[2]
Una de las principales críticas de Estados Unidos hacia los musulmanes es el trato que les dan a sus mujeres. Sin embargo, los
americanos olvidan que ellos no están libres de pecado. Parece que la sociedad
perfecta es un tremendo alucine del hombre blanco. Un país modelo bendice a su
mujer, no sólo por las leyes y educación sino por simple amor.
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