domingo, 16 de octubre de 2011

Una Nación Enferma


Adrián Vargas Riestra
Ciencia Política
141232
Universidad de las Americas Puebla

Banderas, adornos, luces, sombreros y una gran fiesta.  
Cuando era pequeño esto era la realidad del tan esperado mes de septiembre, esas fechas de alegría, mariachis, tequila y el faustoso grito de independencia, realidad que hoy a mis 21 años es completamente diferente.
Sé que no soy el único que nota la decadencia en el espíritu nacionalista de los mexicanos, sé que no soy el único decepcionado y con pocas ganas de celebrar y sé que no sólo yo mantengo un latente sentido de desesperanza y preocupación por nuestro país.
Pero lo interesante aquí, es qué ha provocado este sentimiento, porque si de algo se puede jactar la sociedad mexicana es de su gran habilidad y optimismo para superar obstáculos y tropiezos, hemos sobrevivido gran cantidad de crisis económicas, gobiernos y políticas autoritarias al igual que fuertes desastres naturales, pero los mexicanos jamás habíamos perdido esa inigualable virtud de sortear los problemas con esfuerzo y la frente en alto.
Porque ni todos estos problemas lograron que perdiéramos el amor por la patria, aquel amor plasmado en la historia con cada celebración patriótica, aquel amor que sentíamos con cada grito de ¡Viva México!, aquel amor expresado en cada justa deportiva, aquel gran amor que todos compartíamos por nuestra nación.
Lamentablemente me duele decir que este imponente y emocionante amor se está perdiendo, y no sabemos con certeza si se debe a la situación de inseguridad que estamos viviendo actualmente o si es la perdida de fe en la democracia la que ya está empezando a pasarnos la factura, pero lo único que sí sabemos es que cada día los mexicanos tenemos más angustias, mas peligros, menos fe y por supuesto mucho pero mucho más miedo.
En lo personal el miedo es el sentimiento más latente que reina en mi cabeza, y esto no solamente involucra aspectos de inseguridad sino algo mucho más angustiante, esto es aquel pensamiento que simboliza la falta de confianza en nuestro futuro como país, y creo que aquí tenemos una posible respuesta a nuestra falta de nacionalismo, ya que en épocas pasadas los mexicanos se ponían de pie y levantaban la vista al futuro, el cual siempre pintaban con dotes de optimismo y mejoría, no por nada la sociedad mexicana ha demostrado durante los desastres su gran capacidad de solidaridad y pasión por ayudar a los otros.
¿Pero actualmente que está sucediendo?
Los enemigos a vencer no tienen cara y muchas veces viven entre nosotros sin importar la condición o el estrato socio-económico,  estos enemigos son los que han logrado sumergirnos en el miedo, el mismo miedo que está destruyendo nuestras fiestas patrias y nuestros sentimientos patrióticos, el terrible miedo que esta dividiendo a la nación entre buenos y malos, es este miedo el que ha logrado que el mexicano no quiera reclamar sus derechos y detener los abusos cometidos en su contra por aquellos elegidos para protegernos, es por esto que el miedo ha probado ser la mejor herramienta del enemigo.
Esto lo digo porque el miedo es fácil de contagiar, fácil de implantar y sus resultados crecen exponencialmente, de hecho es muy parecido a un virus que carcome e infecta a todos aquellos sin protección.
Yo por último, sólo puedo decir que nuestra nación se encuentra en un estado inconveniente, en una situación riesgosa y en una posición poco saludable, ya que México está enfermo y fuertemente infectado por un muy pero muy letal y extremadamente doloroso VIRUS el cual es el MIEDO.

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