Bien sabido es que la educación pública en México le falta mucho para alcanzar el adjetivo de bueno o inclusive de eficiente. Muchos actores de la escena política se repiten unos a otros que la educación es la salvadora de todos nuestros males. La sociedad civil también lo dice, y la industria privada lo confirma también. Pero vayámonos más lejos de la opinión general y acerquémonos a lo que tiene fundamento y racionalidad.
¿Por qué se excluye al SNTE en mi pregunta? La respuesta se enfoca a darle más legitimidad a la SEP como la encargada de fijar el rumbo intelectual a las 246 mil 341 escuelas que hay en México dado que este sindicato se ha desprendido de sus principios fundamentales, los cuales son según su página web, www.snte.org.mx, son el estudio, defensa y mejoramiento de los trabajadores de la educación. Reconozco que no soy nadie para impedir la sindicalización, sin embargo creo firmemente que el SNTE se ha olvidado de sus raíces sociales para cambiarse al bando político y convertirse en otro eje de poder en la política mexicana.
Primero, hacemos mal en pasar por alto las acciones que sí ha hecho la SEP, ¿qué se ha hecho? Al entrar a la página web, www.sep.gob.mx/es/sep1/ Boletines_de_Marzo_2011, se lee muchas recomendaciones que hace el secretario de educación pública, Alonso Lujambio como “es necesaria la participación activa de los padres de familia para que la escuela sea una comunidad humana”; “necesario reactivar vínculo universidad-empresa para fortalecer competitividad de la economía” y “las acciones de la sociedad civil son fundamentales para fortalecer el tejido social a favor de la educación”. Pero, ¿cuáles son las acciones que ha implementado la SEP? En su Cuarto Informe de Labores, en 2010, se respaldó a 5 de 20 alumnos de escuelas públicas con becas federales. ¿5 de 20? ¡Esto debería de ser 10 o 15 de 20! En educación básica, por primera vez los maestros ingresan al servicio docente por un concurso de oposición. Se ha fortalecido la profesionalización magisterial con el Catálogo de formación continua en 165 instituciones de nivel superior, cuando deberían de hacerlo en todos los niveles, sobre todo en la secundaria, nivel educativo donde más alumnos desertan las aulas. Pero si comparamos a México con los demás países del planeta, el reporte Global Competitiveness Report 2010-2011, del World Economic Forum, en materia de calidad en educación primaria, México se encuentra en la posición 120. En calidad de ciencias y matemáticas, México está en el lugar 128. Y en calidad de sistema educativo general en la posición 120. Si México sigue en los últimos lugares de educación mundial, los logros mencionados de la SEP no han ayudado a rescatar la deplorable situación de México.
Varias cosas se pueden hacer para salvar a la educación. En vez de darle becas a sólo 5 de cada 20 alumnos, darle 10 o inclusive 15. En cuestión de los maestros, se le deben de aumentar sus salarios de acuerdo al mérito y no a su antigüedad. Darle más incentivos a las ciencias duras como las matemáticas porque son ésas las que atraen más innovación e inversión extranjera al país, fomentando la competitividad, cooperación y desarrollo de una industria más abierta y menos dependiente en recursos naturales. Y finalmente restarle poder al SNTE, porque al fin de cuentas, ¿de qué sirve implementar esta serie de acciones cuando el sindicato de maestros tiene a 1.7 millones de afiliados dispuestos a dejar las aulas para salir a las calles?
Flavio Díaz Mirón Rodríguez
Ciencia Política
Universidad de las Américas Puebla
Flavio Díaz Mirón Rodríguez
Ciencia Política
Universidad de las Américas Puebla
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