En 2010 sucedió lo impensable en México, el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), se unieron para arrebatarle al Partido de la Revolución Institucional (PRI) estados considerados cacicazgos importantes. A finales de 2010 estas alianzas lograron tomar tres estados: Puebla, Sinaloa y Oaxaca.
La verdad, estas victorias sirvieron de poco, ya que su intención final era demostrarle al PRI que su victoria en 2012 no era inminente, por el contrario, mostrarle que con las alianzas detendrían su avance a Los Pinos. Las alianzas ganaron tres estados de los doce donde compitió, el PRI tomó las otras nueve fortaleciéndolo aún más ante la opinión pública.
En el momento que se anuncio la posibilidad de alianzas electorales entre PAN y PRD comenzaron a “llover” los comentarios de políticos, líderes de opinión y periodistas indignados de tal “barbarie.” La mayoría de estos comentarios argumentaban que las alianzas eran una traición a los principios ideológicos de las dos instituciones, y que este acto solamente mostraba la desesperación y miedo que el PAN tenía de perder la presidencia para 2012.
Es evidente que esto surgió por la preocupación del PAN, de otra manera jamás se habría puesto en la mesa, no porque fuese un retroceso democrático como muchos afirman, si no porque no era necesario para ningún partido recurrir a esto. Pero más allá de la angustia del PAN de perder, si observamos a fondo la situación (no lo considero una problemática), la creación de alianzas no es una medida autoritaria, no es una amenaza a la democracia del país, no es una intromisión a la libertad individual, sino que es a mi parecer una muestra del crecimiento democrático de México.
En México nos hemos acostumbrado a no observar otros sistemas democráticos, costumbre arraigada en el país gracias a la ideología nacional-revolucionaria, en especial a su política exterior aislacionista primero y después a la tercermundista. Recientemente se ha creado un supuesto acercamiento a Estados Unidos, lo que nos ha hecho ver más su política e incluso anhelar a algunos su sistema bipartidista; la idea, una vez que se estudia y comprende el sistema presidencialista de Estados Unidos, se vuelve absurda. Entre esos aspectos que en algunos mexicanos se han adherido, es la idea antagónica que supuestamente deben mantener los partidos (en la realidad los republicanos y demócratas no son así, ni se ven de esa manera tan radical), de ahí se puede comprender que en México la idea de las alianzas se tome como traición.
Si buscamos en otros países podemos ver que las alianzas son algo, no común, pero si aceptado, tal es el caso actual de: Reino Unido (David Cameron) y de Israel (Netannyahu). Ambos llegaron al poder a través de coaliciones de izquierda-derecha, sin mencionar que en Italia ya se habla de una coalición de este tipo para retirar a Berlusconi del poder.
“… la ideología se calificó como un pensar que ha terminado de pensar: un conjunto de pensamientos muertos que ya no piensan, si no que… repiten obsesivamente eslóganes y consignas.” (Sartori, 2009, p. 90) Tomando esta afirmación podemos decir que son pensamientos muertos, que no se razonan más, que son peligrosos, argumentar la falta de ideología en las alianzas es, a mi opinión, ignorancia.
¿Qué representa la consulta? Si se forma la alianza será crecimiento democrático para el país, gane o no, para la mayoría mexicana es similar una traición, la corrupción total, yo creo que para México es progreso.
Macias Mendez D. Alejandro.
Licenciatura Relaciones Internacionales.
Universidad de las Américas Puebla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario