martes, 18 de septiembre de 2012

Morena ¿Partido o Movimiento?


Por Paulina Huerta Peregrina
17 de septiembre de 2012

Con la salida de Andrés Manuel López Obrador del frente progresista formado por la alianza del PRD junto con los otros partidos y movimientos de izquierda se hace referencia a un debate acerca de si Morena debería mantenerse como un movimiento social y político o debía convertirse en un partido político.

Se debaten los contras y pros acerca de que decisión seria conveniente tanto para Morena en si, como para todos los partidos de izquierda; quienes cuentan con un poder limitado si trabajaran cada uno con un partido político separado a una unión entre todos “cada uno con menor peso o fuerza relativa que si actuaran en unión y no en división”. Debido a su falta de poder con excepción a las urnas.
Existe la duda de que situación seria mas conveniente para los de izquierda: concentrarse en la formación y organización de un partido político; o enfocarse en frenar las primeras iniciativas presentadas por Enrique Pena Nieto.

En mi opinión  la formación de un partido político requiere del tiempo para llevar a acabo una organización y orden entre los individuos dispuestos a su formación. Aun con la gente que sigue y apoya a la izquierda este no cuenta con el suficiente poder para poderse volver independiente de las alianzas previamente formados por la izquierda, a diferencias de la derecha. Aun con gente siguiendo el idealismo de la izquierda al separarse de un grupo formado por varios partidos políticos; su desintegración significaría la división del mismo apoyo conjunto que la alianza representaba, para volverse un individualismo al volverse un partido político independiente.

Dentro del intento de volverse partido político también se encuentran los intereses que la formación de este pueda lograr a favor de la gente involucrada como menciona el libro del Nuevo curso de Ciencia Política en la pagina 105; “La clásica modalidad de acción de los grupos que permite el paso de un mero grupo de personas integradas por un interés compartido a un grupo que trata de influir en las elecciones políticas y las del personal que debe realizarlas”. Esto claramente refiere a lo mencionado previamente de que la formación de un partido político podría favorecer a los de izquierda en evitar las iniciativas de un contrincante. Al igual que esto, el libro menciona los métodos convencionales usados por los integrantes de los grupos  en la pagina 106 para lograr su “promoción” y conseguir el seguimiento de la gente interesada “Cada grupo tratara de maximizar sus oportunidad de éxito ejerciendo presión sobre los recursos a los que puede tener acceso mas fácilmente y utilizando los canales de comunicación y de presión en el poder político […]”

Conclusión: México necesita de líderes que tenga la capacidad y la habilidad de permanecer unidos y mantener el margen y el profesionalismo ante todo, sean de izquierda o de derecha. El verdadero objetivo debería ser la visión de un México mejor para todos sus ciudadanos junto con la cooperación de ambos lados. Hoy en día la gente solo escucha de políticos corruptos e interesados simplemente por ellos y no por el bien del resto del país; lo mismo que pasa con la unión de las izquierdas que únicamente pretenden bloquear las iniciativas del presidente lo cual demuestra egoísmo y una forma dañina para el país que solo demuestra la falta de fuerza en las izquierdas y su único interés en la venganza por medio del bloqueo de las iniciativas que vengan por parte de la derecha. 

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