Por Monika
Frankenberger
23 de
octubre de 2012
El día de
hoy, se ha declarado que el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle,
demandará por daño moral a aproximadamente 19 periodistas, acontecimiento que
no se había suscitado en México.
“Se están analizando todos los abusos de la libertad de expresión en
perjuicio del honor y la reputación del gobierno de Puebla mediante la ofensa,
la denostación y la humillación de funcionarios”, director general de
Comunicación Social del gobierno estatal.
El vocero del gobierno de Puebla, Sergio Ramírez Robles, anunció que se
seguirá tomando este tipo de medidas a los periodistas que llamen a los
funcionarios “’rata’, ‘perro’, ‘cerdo’, ‘homosexual’, ‘chacha’, ‘mascota’,
etc.”.
En la época actual, gracias a pensadores y esfuerzos sociales, existe, por
lo menos en nuestro país la libertad de expresión. Nuestros antepasados
proponían un estado de naturaleza, donde no existieran leyes entre los hombres,
solo las leyes naturales, que tienen que ver con el razonamiento de cada uno.
Pero este estado, que se podría considerar anárquico fue cuestionado por muchos
pensadores como Hobbes y Spinoza, con la llegada del modelo contractualista.
Thomas Hobbes propone un estado político, que regule los comportamientos
humanos y castigue a quienes pongan en riesgo el bien común, sin un poder que
vigile estos asuntos, nadie viviría en paz. Dice que se tiene que renunciar a
los derechos de uno mismo y otorgárselos al soberano.
Por otro lado, aparece Spinoza, quien concuerda con Hobbes en algunos
aspectos, como el que debe existir una autoridad que vigile los asuntos
colectivos y que mantenga la convivencia pacífica. Está de acuerdo en que los
individuos deben de renunciar a sus propios derechos, pero cada hombre reserva
para sí muchos derechos que solo dependen de su voluntad. Hay derechos, los
cuales el hombre no puede renunciar, sin dejar de ser hombre. Uno de estos es
la libertad de pensamiento, el estado puede impedir ciertas acciones, pero no
la libertad de pensamiento, palabra y enseñanza. Todo ciudadano es libre de
razonar, y con esto criticar los decretos del estado.
Cada individuo en México y el mundo es libre de expresarse y pensar como su
nivel de razonamiento le permita, pues el estado no puede meterse en la cabeza de
alguien directamente, ni puede obligar a nadie a pensar como la autoridad
quiera. El problema radica, en que muchas veces esa misma libertad de
expresión, conlleva a dañar la integridad de algunos, cosa que tampoco es
valida, pues ante todo debe de haber respeto. No está prohibido criticar la
forma de funcionamiento del gobierno o de alguno de sus integrantes, toda critica
requiere argumentos y que no se dañe moralmente a las personas que están siendo
criticadas. Estoy de acuerdo con quienes expresan libremente su pensamiento,
pero no con aquellos que llegan a utilizar palabras que puedan ofender
directamente a una persona en particular, todo tiene un límite y para que una
sociedad mantenga la paz, se debe respetar a prójimo.
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