Por:
Juan Pablo Navarro Villagrán.
143658
Licenciatura en Relaciones Internacionales
15 de octubre de 2012
Octubre
de 2014 es la fecha tentativa para la votación que se llevará acabo como respuesta de una propuesta principalmente de parte del partido Partido Nacional Escocés (SNP)
que pone a la independencia de Escocia en la puerta de la negociación.
Esta
propuesta independentista nos hacer voltear a ver el día de hoy al Reino Unido
después de que el Primer Ministro Británico David Cameron y el ex jefe de
gobierno escocés Alex Salmond firmaran el acuerdo de referéndum y le hayan
fijado fecha.
La
propuesta tiene su historia y la firma del tratado se lleva a cabo en un marco
de incertidumbre y problemas económicos en algunas naciones de la Unión
Europea.
Un
punto de vista nacionalista propondría que el SNP tiene el poder suficiente
para tomar la decisión en nombre de Escocia mas el partido ha puntualizado que
no podría declarar la independencia por sí mismo por el simple hecho de que no
son ellos quienes deban tomar la decisión sino el pueblo, y que éstos
determinarán el futuro que quieren para su Escocia. Por su lado las autoridades
de Reino Unido declararon que en caso de que el pueblo escocés desee su
independencia, ésta les será cedida por medio de una serie de acuerdos sin
problema alguno.
Aún
cuando la votación parece ser algo seguro, el hecho de que ésta resulte
positiva es todavía una incógnita para las encuestadoras británicas ya que si
bien el Partido Nacional Escocés es el actual partido gobernante en Escocia y
por tanto la mayoría de los votantes escoceses simpatizaron con sus propuestas,
la independencia no es una de las que más generaron interés en sus votantes.
Esto aunado a la creencia de que muchos de los votos que consiguió el partido
fueron votos cedidos con la intención de reprimir al partido de oposición
debido a su mala actuación en su momento en el poder.
Entre
otras cosas y para asegurar un consenso poblacional mucho más cercano a lo que
las mayorías prefiere, el requerimiento mínimo de edad para participar en la
votación ha sido reducido a los 16 años. Esto contempla un reto para la
sociedad escocesa que tendrá la responsabilidad de informarse mucho mejor
acerca de las repercusiones y beneficios que una independencia podría traer a
Escocia y pone a prueba a capacidad de los jóvenes para tomar decisiones
concretas sobre un futuro que impactará directamente en la forma en la que
ellos interactúan con la política de su país.
La
votación se llevará de la manera más simple posible, las opciones han sido
reducidas a una elección “a favor” o “en contra” y se efectuará bajo la supervisión del Comité
Electoral que vigilará los procedimientos de campaña, para la difusión de
propuestas, y de la elección.
La situación bien nos puede remitir a la estructura Hobbesiana de un Estado y deja pensar muy bien de la democracia del Reino Unido. El caso pone un ejemplo de cómo un gobierno
puede funcionar correctamente como herramienta para ejecución de ideas y voluntades
de un pueblo. Escocia ha puesto a pulso los ideales fundamentales de la democracia y tendrá
aquello que su pueblo decida para sí.
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