jueves, 14 de noviembre de 2013

Impiden entrada a indígena guatemalteca en cafetería de Chiapas

Ericka Estrada
Filosofía Política
 14 de noviembre 2013

La noticia que elegí, fue publicada el día miércoles 13 de noviembre de 2013, en el periódico online El Universal. En ésta, se habla sobre el impedimento a una indígena guatemalteca a una cafetería de Chiapas. El paso a la cafetería "Oh la la pastelería francesa” le fue negado a la joven indígena, al ser confundida con una vendedora ambulante, pues portaba el vestido típico de su etnia k’iche.
            La joven indígena, de nombre Ali Roxx,  estudiante de doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades con especialidad en Género, no ha hecho pública su denuncia, sin embargo, su amiga denunció el incidente a través de las redes sociales. Por ése medio explica que a su amiga al intentar ingresar a la cafetería “Oh la la” se le negó la entrada pues fue confundida con una vendedora ambulante, porque llevaba puesto el traje típico de su región.

Disponible en:  http://www.redpolitica.mx/estados/impiden-entrada-indigena-guatemalteca-en-cafeteria-de-chiapas       

No solo estoy en total desacuerdo con la noticia presentada anteriormente, sino también estoy indignada por la importancia que se le esta dando a las apariencias. La desigualdad en nuestro país no solo es alarmante, también crece rápidamente y esto no debería ser. En México tristemente, se discrimina mucho a los indígenas, son vistos por muchos, (no todos) como algo insignificante; como si ser indígena fuera algo malo o algo de lo que se debería estar avergonzado.
El conflicto presentado en la noticia, el desprecio a causa de la desigualdad, se puede relacionar con Thomas Hobbes.  Hobbes dice que todos los hombres son iguales por naturaleza, no obstante, existen por naturaleza hombres más inteligentes que otros, por lo tanto es inevitable que unos dominen a otros. Ahora bien, los hombres por naturaleza buscan sobresalir y el reconocimiento de los demás  y es justo eso lo que crea desigualdad en los hombres. A pesar, de que la jerarquía no es algo natural entre los hombres de acuerdo con Hobbes, en nuestro país el dinero crea la jerarquía. El que tiene más dinero, es el que esta predestinado a mandar al que no tiene. En el caso de la indígena y el mesero, le fue negada la entrada al establecimiento por el “nivel” que ocupa un ambulante o un indígena en la “jerarquía” del hombre.
En otras palabras, como el mesero asumió que la indígena o la ambulante (como  pensó el mesero) estaba por debajo de él socioeconómicamente hablando, asumió que podría mandar y tomar decisiones por la indígena, únicamente porque los indígenas son vistos con desprecio (no por todos) y es pensado por muchos que solo por ser indígenas son pobres o simplemente no tienen educación. 
Para finalizar, lo que el mesero nunca imaginó, fue que la indígena era estudiante en doctorado. Y no, no son iguales, así como dijo Aristóteles, existen hombres más sabios predestinados a mandar a aquellos menos dotados predestinados a obedecer.  Y al final las cosas se voltean porque la indígena, claramente es más sabia (estudia un doctorado, cosa que no cualquiera puede hacer) que el mesero, por lo tanto él es el que de acuerdo con Aristóteles  y Hobbes, esta predestinado a obedecer.

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