Sagui Uscanga
03 de Septiembre del 2013
Tesis I
Si bien la intervención de
Estados Unidos en materia de espionaje no es nada nuevo desde la fuga de datos
de WikiLeaks en el 2006, una nueva controversia se desató cuando este 1ero de
septiembre un programa de la televisora brasileña TV Globo reveló que la
Agencia de Seguridad Nacional estadounidense no sólo había espiado a ciudadanos
en América Latina, si no que también se había dedicado a escudriñar correos
electrónicos y mensajes de texto
relacionados con los presidentes Enrique Peña Nieto y Dilma Rousseff. El
espionaje se remite a fechas donde EPN se encontraba en campaña y se discutían
temas tan relevantes como quién integraría su gabinete.
En
consecuencia, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha solicitado
mediante una nota diplomática una explicación así como también ha citado al
embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, para discutir de manera
diplomática el tema y esperar una declaración oficial del país. No obstante,
México ya ha condenado las acciones del gobierno estadounidense debido a que
cometieron una grave falta al derecho internacional. Asimismo, esto funcionaría
como seguimiento al caso de espionaje previo ya que en Julio del 2013 se habían
solicitado informes e investigación al gobierno de Barack Obama por otras
controversias con la Agencia de Seguridad Nacional y la CIA.
Mientras
tanto, el gobierno brasileño se ha mantenido en una posición más agresiva y se
declara indignado por la indagación en los asuntos de la presidente Dilma
Rousseff y sus asesores. Por lo que este exige explicaciones formales y también
ha citado al embajador, Thomas Shannon, para dar una postura oficial amenazando
que podría pasar una ley que revocaría la licencia para operar en Brasil de
compañías que cooperen con el espionaje estadounidense, así como medidas más
drásticas como el desarrollar una red nacional que reemplazara a Gmail y
Hotmail. Ante esto, no se descarta la posibilidad de una visita por parte de la
presidente Rousseff a Washington dependiendo de la respuesta del gobierno de
Barack Obama.
En
la cultura popular se habla de espionaje como algo que siempre ha estado
presente en el juego de poder y las relaciones entre países, especialmente en
la Guerra Fría, por lo que este concepto nos suena no sólo familiar, si no,
predecible. Todos sabemos que Estados Unidos se mueve por medio de intereses
nacionales, pero lo sorprendente de esto es qué tan poco preparados nos
encontramos para contrarrestar a los gigantes que han desarrollado su
tecnología a tal grado que nos deja en una posición de desventaja no importa
cuánto lo intentemos y qué tan a su merced estamos. Probablemente más de lo que
pensabamos.
De esto sale fácil una tesis de
licenciatura con la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuál será el papel de
la inteligencia con los nuevos recursos de comunicación e información en un conflicto de grandes
magnitudes en los próximos 10 años? Y la
siguiente hipótesis: Llegará un punto donde el flujo de información agilizará
tanto el desarrollo de un conflicto, como su resolución. De esta manera,
podemos creer que la diplomacia podría ser finalmente tomada como un proceso
secundario en la negociación, mientras que las guerras serán cibernéticas con
blancos como la alteración de información, datos y sistemas del país opositor.
Se tendrían así consecuencias muy distintas para la población en caso de conflicto,
pero de podría llegar a un punto donde las repercusiones podrían ser mucho más “masivas”
que en la antigüedad por el alcance que tendrían, por lo dependientes que
seríamos de estas y por lo tanto, vulnerables.
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