martes, 24 de septiembre de 2013

El Ministro del Interior francés arremete contra los gitanos



INTERNACIONAL. Elpaís.com.
Ana Luisa Méndez Cota 140345; Tesis I 

 
Antes de empezar a describir esta noticia, considero importante hacer un preámbulo que explique por qué me interesé en este tema en particular cuando, en cuestión de seguridad, cualquiera consideraría que hay temas mucho más apremiantes en puerta - tal como es el caso de Siria, el narcotráfico en México y el espionaje por parte del gobierno de Estados Unidos – que la discriminación de una minoría étnica en Europa (pues ciertamente esto no ocurre sólo en Francia sino a lo largo y ancho de la Unión Europea). En mi opinión, este tema es crucial en el contexto de la integración europea por dos razones: en primer lugar, la discriminación que se está presentando en contra de los gitanos pone en jaque a los principios fundamentales que integran a la sociedad europea. ¿Cómo se puede hablar de una integración política, social y económica, cuando parte de la población es discriminada en todos los ámbitos, impunemente, una y otra vez? En segundo lugar, vale la pena preguntarse ¿qué va a pasar cuando los gitanos – sean Rumanos o Búlgaros – no puedan seguirse desplazando? Me resulta imposible creer que, en este punto, países como Francia crean que, una vez que la población haya salido de su territorio, pasará a ser el problema de otro país y que no habrá consecuencias para la Unión Europea en su conjunto y, por consiguiente, para Francia misma.

La noticia comienza a relatar cómo es que el tema de los gitanos se ha convertido  primordial tan cerca de las elecciones (previstas para la primavera del 2014) y de la opinión que Manuel Valls, el Ministro del Interior francés, tiene respecto al tema; básicamente, Valls opina que los campamentos de gitanos deben ser desmantelados y sus ocupantes expulsados del país, infiriendo que su integración es problema de los países de origen (Rumania y Bulgaria). Dichos campamentos tienen entre 5 y 20 millares de gitanos, y su desmantelamiento ha comenzado ya en Lille – al Norte de Francia – donde hace una semana ocurrió un desmantelamiento con base a una petición de la alcaldesa. Finalmente, Valls aclaró que las negociaciones respecto a la entrada de Rumania y Bulgaria al espacio Schengen (lo cual representaría una circulación más permisiva de los gitanos) no se ha decidido y que, además, sólo se refiere a la circulación aérea.

Por último, la noticia cierra con un análisis acerca de cómo esta problemática se ha politizado aún más debido a la cercanía de las elecciones, haciendo de los gitanos el “chivo expiatorio” del proceso político en diferentes regiones como Toulouse y París. Específicamente, esto ha sido notable en los discursos de dirigentes y servidores públicos; como se ha expresado en un comunicado de diferentes organizaciones en pro de los Derechos Humanos, los discursos expresados en contra de los gitanos únicamente han contribuido a la estigmatización de este grupo y al mantenimiento de la xenofobia, por lo que no solamente son irresponsables sino además degradantes.

De esto sale bien fácil una tesis de licenciatura con la siguiente pregunta de investigación: ¿Por qué es importante encontrar una solución al desplazamiento forzado de los gitanos en Francia? Y la siguiente hipótesis: Porque tarde o temprano la comunidad gitana va a comenzar a luchar contra ello de forma organizada, representando un problema para la Unión Europea en su conjunto y desestabilizando social, económica y políticamente a la zona; además, este desplazamiento forzado representa una clara violación a los principios de igualdad y justicia social sobre los cuales está basada ideológicamente la integración europea.

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