*Disponible en: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/09/09/actualidad/1378747645_846843.html
Por: Jerson Hondall (ID. 139442)
9/Septiembre/2013
Quiero referirme al artículo “Una industria que
fabrica hegemonía”, escrito por Andrea Rizzi y publicado el día de hoy en la
edición digital del periódico español El País. En este, se expone a la empresa
tuneladora (relacionada con la fabricación de máquinas para construir túneles y
realizar trabajos de perforación) Martin Herrenknecht, la cuál se ha mantenido
estable ante la actual crisis económica y ha posicionado a Alemania como modelo
a seguir en el sector industrial.
Fundada en 1980, la empresa en cuestión destaca
por estar en la periferia y no situada en las principales urbes, como Berlín o Múnich. Resulta una excepción a la norma, que
generalmente dicta que las grandes capitales albergan industrias de enorme
producción…aquellas en cuya facturación figuran cantidades monetarias
astronómicas (de acuerdo a datos del artículo, la empresa factura 1.000
millones de euros al año).
Me resulta relevante el modus operandi de la empresa, cuya relación con los sindicatos
nacionales es ejemplar: al haber un problema, inmediatamente se lleva a cabo
una negociación con el propósito de solucionar el asunto en cuestión. No se
deja que el tiempo pase y el problema se torne inmenso. Ejemplar es el sistema
de formación profesional de esta empresa, cuyo ahínco en mantener la mano de
obra calificada (la empresa cuenta con 5.000 empleados) es digno de aplauso.
Esto aun más en época de crisis, cuando generalmente el recorte de personal es
una situación cotidiana.
Llama mi atención el uso de la palabra
“hegemonía” en el título de la noticia. Es claro que el autor sabe que Alemania
ha logrado posicionarse como un actor fuerte dentro de la Unión Europea (y también
dentro del panorama internacional, creo yo) no sólo por vías políticas, sino
también por las económicas. Ha proyectado un modelo financiero que se sostiene
gracias a empresas como la que en estas líneas cito. ¿Qué implica esta proyección?
Implica una serie de países que apuestan a seguir este esquema, y con eso
(quizás) salir del “bache” económico en el que han terminado debido a diversas
razones. El idealismo empresarial que maneja Alemania se exporta, hay actores
que desean tenerlo y seguirlo. Considero que esa proyección es ciertamente un
modo de diplomacia; se influye en otros países, es el “poder blanco” de Joseph
Nye en su expresión económica. Empresas como esta le han dado a Alemania el rol
que hoy ocupa, la han proyectado ante el mundo, la han posicionado, la han
vuelto un ente fuerte.
Me surge la siguiente pregunta, ¿puede replicarse
el modelo en otros países? De acuerdo a uno de los directivos de la empresa,
no. Cuando menos no en Francia, en donde miembros de la empresa en cuestión afirman
que la sociedad ahí es más rígida. No es el caso de China, en donde Herrenknecht
ya cuenta con fábricas, aunque éstas son sólo eso, el “know-how” continúa
estando en Alemania. Hay una apertura parcial; se extienden los brazos pero la
idea original es retenida y protegida.
De esto sale bien fácil una tesis de
licenciatura, con la siguiente pregunta de investigación: “¿Puede replicarse el
modelo de industria alemana, tomando como ejemplo la empresa Herrenknecht, en otros países con el objetivo de crear un
sistema económico/empresarial-industrial sólido?”; y la siguiente hipótesis: “De
adoptarse el modelo de industria alemana en la Unión Europea, esta podría
iniciar una recuperación económica que devendría en el fin de la crisis
monetaria actual”.
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