Por: Montserrat Pineda Solis
Relaciones Internacionales
Universidad de las Américas Puebla
Durante más de cuatro décadas el pueblo Libio vivió bajo el régimen del Tirano Muammar Gadafi, quién después de liderar la revolución contra el rey Idris 1 de Libia, propiciara su conversión a una nación socialista, la cuál parecía haber sido justo lo que se necesitaba, pero que después sacó a relucir su verdadera cara.
En febrero del 2011, el pueblo Libio se encontró ante una decisión difícil de tomar, podían continuar viviendo bajo el yugo de Gadafi, o podían reaccionar, y fue eso lo que sucedió. La rebelión de Libia, resultó sangrienta y pavorosa, pero el fin ha llegado, derrocaron al representante directo de tan autoritario y corrupto gobierno.
Ahora el tema es, ¿Qué sigue?, como lograrán tantas y tantas personas regresar a un ritmo de vida “normal”, digno de aquel que ha terminado de pelear y percibe todo aquello por lo que peleó como una realidad. Como formar un estado desde cero, siendo que antes todo cuanto existía era el poder absoluto de el que pretendía tomar parte de cada una de las decisiones que afectaran a la nación.
Quedan muchas tangentes por las cuáles se podría encausar éste nuevo poder, muchas ideologías y organigramas distintos, que llevarían a distintas y nuevas realidades al pueblo Libio.
Tal vez, factores importantes serán los resultados de Túnez y Egipto ante sus propias revoluciones, que ya han logrado vencer a sus demonios, pero siguen en la espera de un nuevo estado y un nuevo futuro para su país. Según el CNT (Consejo Nacional de Transición), el siguiente paso será formar un gobierno de transición en el plazo de un mes, y después de ocho meses llevar a cabo las primeras elecciones libres.
En éstas se elegirá una Asamblea Nacional que designará a un comité, el cuál estará a cargo de redactar una nueva constitución para éste país, que los llevará a la Democracia.
Por otro lado, también sería importante considerar la respuesta de las potencias de la Unión Europea y Estados Unidos ante lo que se pudiera llegar a considerar como “tierra de nadie” tomando en cuenta que al morir Gadafi, murió con el en realidad todo el gobierno, ya que no existen instituciones oficiales de ningún tipo, solo la familia Gadafi. Lo único que existe ahora son representantes populares, generales militares que estaban en oposición a Gadafi, y los líderes de las diferentes tribus que habitan el territorio libio.
Las repercusiones, otro aspecto importante que debería de ser considerado, tanto por el próximo gobierno libio, como por los actores internacionales que de una u otra forma tomaron parte; Repercusiones como el extremismo religioso, que pudiera derivar en la falta de derechos humanos y “vendettas” a lo largo del territorio; repercusiones en las cuáles podemos incluir el arsenal de armas tanto convencionales como de destrucción masiva que el dictador Gadafi se dedicó a recolectar.
Para los libios todo lo que queda ahora es esperar, por un futuro mejor, de paz y tranquilidad, donde la opresión y el terror sean solo el recuerdo de un pasado distante.
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