Autor: Rafael Zentle González ID: 142238
Relaciones Internacionales-UDLAP
Hoy en día me he encontrado en una situación difícil, últimamente esa duda existencial por la cual todos pasamos recae en mí. Pero al pasar un rato descubro una verdad inobjetable para mí, “Dios existe” porque lo he visto (sin duda alguna será por la locura que causa la búsqueda del “ser”), en la calle, en las cosas que viven: la naturaleza y en el mismo ser humano. De pronto me surge una pregunta derivada de ideas aprendidas en la escuela y de experiencias vividas, ¿la legitimidad de un estado es dada por Dios o por el hombre?.
En principio estoy seguro de que Jesús no vino con el fin de politizar las cosas que había dicho; sin embargo es inevitable ya que los hijos de Dios tienen que gobernar la tierra. Este es un tema muy complejo ya que Pablo en la epístola a los Romanos nos dice que los cristianos deben de obedecer, someterse a toda autoridad, porque esta viene de Dios. Por lo tanto ¿será que realmente tenemos que pensar que debemos servir a dos amos?, esto me recuerda al libro de Agustín de “La ciudad de Dios” donde habla acerca de la ciudad del hombre y la de Dios. En la concepción de Agustín sobre que el estado se forma no por la naturaleza del hombre sino por la naturaleza de la humanidad y de su pecado original (la desobediencia) y me pongo a pensar, ¿es necesario tener un estado formado por el hombre? En la biblia se encuentra todo incluso la forma de gobierno y jerarquía en la cual nosotros debemos estar, para mí no tuvo que haber tomado el cristianismo la aceptación del estado, someterse a él tal vez, pero no aceptarlo porque poco a poco los iba a poner a la cabeza (pero sin duda no entendieron las palabras de Jesús ni de los apóstoles).
La necesidad que tubo después el estado de separarse de la iglesia fue por la razón de que la misma iglesia no se diferenció realmente como el poder legítimo de Dios.
La legitimidad por lo tanto Dios se la da a el gobierno del estado y no a la iglesia que a esta se la daban solo unos cuantos hombres que seguramente no estaban inspirados por Dios. Y ahora podemos comprender por qué Dios permite que el estado sea autoridad sobre los creyentes.
Lutero Recalca la hipocresía de la iglesia y la falsedad de su legitimidad en cuanto a su gobierno. De esa manera rescata la imagen de los verdaderos creyentes que hacen resaltar que cuando la legitimidad es dada por Dios no tendrían que existir el tipo de situaciones que los papas ocasionaron.
Hoy en día parece que esta temática no tiene sentido, pero tomando en cuenta que diversos sistemas están decayendo sobretodo en el medio oriente y viviendo esta situación en México nos hace voltear a ver tan solo un momento a Dios y buscar o probar si él tiene la respuesta a este mundo que se cae a pedacitos.
En conclusión podríamos tratar de responder a la pregunta del primer párrafo, la legitimidad del estado es dada por Dios; sin embargo él da la pauta para que el hombre decida hacer lo que a él sea conveniente o lo que le parezca mejor refiriendo todo esto al libre albedrio del que hablaba también pablo. Y todo esto surge por la emancipación que el hombre desea de Dios y que a mi parecer lo ha estado consiguiendo ya que el mundo está bajo la palabra de hombres.
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