Por: Gabriela Ávila
3/marzo/ 2014
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Actualmente nuestro país vive dentro
de un marco de inseguridad jurídica, la cual está caracterizada por impunidad
ante la violencia y la corrupción; y son justamente éstos patrones los que han
animado a construir los denominados grupos
de autodefensa, con el objetivo de salva guardar comunidades o más bien territorios
en los cuales la estructura judicial y el estado de derecho no han logrado
penetrar para terminar con los abusos de los grupos de la delincuencia
organizada hacia los que son vulnerables
los habitantes.
Estados unidos, durante el reporte
anual mundial sobre derechos humanos, hizo referencia a la continua preocupación acerca de la proliferación
de éstos grupos en el territorio mexicano, hablan de alrededor de 101
municipios[1] que cuentan con las
organizaciones de defensa comunitaria. Y no es para menos, en 47 páginas
relatan de los constantes y hasta ahora fallidos intentos por erradicar este
conflicto por parte del gobierno de Peña Nieto. Durante la última reunión con
motivo del TLCAN con los Jefes de Estado norteamericano y canadiense, el
presidente Obama aplaudió el liderazgo
de nuestro presidente en temas de seguridad, lo cual generó molestia en el
Departamento de Estado y la Casa Blanca debido al doble discurso que existe entre
ambos organismos y el seguimiento en el tema de inseguridad en México.
Organizaciones de gran peso como lo es
Amnistía Internacional, difundió un memorándum donde pide al gobierno de
Enrique Peña Nieto "deba asegurarse
de que todas las fuerzas policiales y de seguridad, así como los grupos de
autodefensa, respeten las normas internacionales de derechos humanos sobre el
uso de la fuerza y la prohibición de otras violaciones de derechos
humanos", así como "Los grupos de autodefensa parecen ser una
respuesta" a la "negligencia y abuso, pero ellos mismos ahora ponen a
prueba la voluntad del Estado para cumplir con sus obligaciones en materia de
seguridad social y derechos humanos. La ONG está convencida que los grupos de autodefensa no traerán consigo
estabilidad ni paz al territorio mexicano.
La ONU aplaude mientras, la iniciativa de México para institucionalizar
a los grupos de autodefensa, recomendando tener cuidado en la elección de los
mismo
Sin duda lo más relevante que ha
salido a la luz es el apoyo de michoacanos residentes en Estados Unidos y el
apoyo económico mediante remesas a sus connacionales para el financiamiento de
los grupos de autodefensa[2].
Lo interesante llegará con el tiempo,
y no a un plazo muy lejano, EU ha decidido poner el ojo sobre la creciente
atmósfera de inseguridad y lucha contra los cárteles en México. ¿A caso estamos
abonando el terreno para que nuestro país vecino siembre la paz y seguridad que
México necesita? Por lo menos no es incierto que de una u otra forma la situación
en nuestro país acapara miradas de varios actores en la escena internacional.
De esto sale bien fácil una tesis de
licenciatura, con la siguiente pregunta de investigación: ¿Cómo evidenciar la repercusión
internacional de los grupos de autodefensa en México? Y la siguiente hipótesis: Porque al generar violencia en el cometido de
salva guardar a las poblaciones vulneradas por el narcotráfico, dado que el
Estado mexicano no puede proveer de seguridad a ciertos territorios, se genera
desconfianza de la soberanía de México, el control y la paz; los países vecinos
tendrán más control hacia las fronteras con nuestro país a modo de evitar un
efecto dominó en la región, proteger su soberanía y en caso necesario el uso de
la fuerza para proteger a sus connacionales.
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