lunes, 7 de febrero de 2011

Historia contrafactual

Últimamente he escuchado el termino que le da título a este articulo demasiadas veces. Sin embargo me resulta sumamente interesante tratar de hacer un escrito en base a lo que he aprendido. Es más, para los que desconocen el término, la historia contrafactual, en pocas palabras, es el famoso que tal si. Por supuesto, aplicado a sucesos históricos relevantes que posiblemente hubieran cambiado el curso de la historia mundial.

Por ejemplo, que tal si las potencias del eje hubieran resultado vencedoras en la segunda guerra mundial o si la Unión Soviética se hubiera impuesto a Estados Unidos. Ahora, tomare esta clase de ejercicio en un tema que nos concierne a todos y cada uno de los mexicanos: el narcotráfico. Si bien no es un tema de historia mundial (aun) creo que es sumamente benéfico el hacer esta clase de ejercicios.

Nos ayuda a tener un panorama más amplio de lo que sucede en el país y nos brinda la oportunidad de considerar ciertas posibles soluciones a dicho problema. Comencemos con delimitar el mismo. Aproximadamente existen 11  organizaciones delictivas en el país, entre cuyas actividades se encuentra el tráfico de estupefacientes y narcóticos a lo largo de la Republica Mexicana y el continente Americano. 

Si bien no es la única actividad que realizan estos grupos (podemos encontrar la trata de personas, la extorsión o el tráfico de armas como otras  acciones) consideremos que es la más importante y la que detono la famosa ¨guerra en contra del narco¨. Si bien el gobierno mexicano ha liderado varios operativos exitosos en contra de estos grupos, al final las victorias resultan en vano puesto que al parecer los grupos delictivos se han vuelto en instituciones jerárquicas organizadas de tal manera que compiten con un Estado y sus sistemas de seguridad.

Aquí es donde comienza lo interesante. Durante principios de mes de enero, vi una interesante noticia en CNN. En Guatemala se organizo una serie de redadas en locaciones específicas donde se sabía que se encontraría a diversas clases de delincuentes, logrando así un grupo de arrestos masivos. Esto gracias a que el gobierno retiro la necesidad de portar una orden de aprensión y de cateo. Sin embargo una semana después (aproximadamente) el gobierno de Guatemala recibió una amenaza.

Dicha amenaza fue supuestamente escrita por el grupo de los Zetas, quienes amenazaban con la intención de apoyar a  la Mara Salvatrucha, y en su defecto tomar el país. Esto genero diversas reacciones a nivel internacional, siendo la principal la movilización de fuerzas armadas por parte de El Salvador, país fronterizo a Guatemala. En una entrevista con un ministro de El Salvador transmitida por la cadena anteriormente mencionada, se dio la noticia de que por más esfuerzos que  pudieran hacer las fuerzas armadas de ambos países, un ataque de las organizaciones delictivas con fuerzas paramilitares no podría ser frenado.

¿En qué momento sucedió esto? Realmente no recuerdo en ninguna clase de historia que alguien mencionara a un grupo de delincuentes amenazando a todo un Estado-Nación, y peor aún, que tengan medios de sobra para ganar no solo credibilidad, sino tambien la batalla en sí.  Comencemos a imaginar. ¿Qué pasaría realmente si los Zetas se unieran a la Mara? Ambos son grupos paramilitares con un gran nivel de organización y entrenamiento. Eso sin mencionar la cantidad y variedad de armas con las que cuentan, gracias a un flujo de recursos casi ilimitado. Tu di la primera arma que se te venga a la mente, ellos de seguro lo tienen.

Así que iniciaría la guerra entre estas organizaciones y un Estado, y no hablo de simples narco mantas o policías muertos, hablo de una guerra de verdad. Imagínenlo,  honestamente pienso que ¨los malos son los que tendrían por mucho la ventaja. Hablamos de Naciones de tercer mundo, no podemos pedirles tener un ejército bien armado. Mucho menos tanques o aviones. Esto nos plantea otra pregunta: ¿realmente existe un país en América Latina que cuente con los recursos necesarios para enfrentar este problema?

La primera opción sería Brasil, la nueva estrella entre las economías crecientes, sin embargo por algo se le considera un país en vías de desarrollo, sus instituciones (y economía) aun no están asentadas, como para darse el lujo de invertir en una guerra abierta. Sin mencionar que gracias al ejemplo de México, menos países tratarían siquiera de levantar la mano en pro de ayudar. Lamentablemente somos una región débil y dividida.

Al parecer la esperanza reside en el norte. Y con ello me refiero al país que algunos aman y otros repudian: Estados Unidos. Nos guste o no, es el único país en el continente que cuenta con los recursos, fuerzas armadas, vehículos, armas y un largo etcétera para no solo oponerse a ¨los malos¨, sino tambien para erradicarlos de una vez por todas.

Pero ¿porque lo harían? Realmente el problema del narcotráfico no les afecta. La drogadicción en los Estados Unidos es algo aceptable y hasta cierto punto controlado. No hay violencia en las calles por las drogas. Al menos no como en el vecino del Sur. Retomemos el que tal si. Supongamos que la guerra entre Centroamérica y el narcoestado (una coalición de grupos delictivos) estalla. Si bien Estados Unidos tiene problemas más grandes por atender en su propio territorio, creo que este sería un problema que no dejarían pasar.  

La presión de la comunidad Internacional sería demasiado grande. Nuevamente la policía del mundo entraría a Centroamérica, pero esta vez a defenderla. Esto genera a su vez más cuestionamientos, las principales siendo ¿qué pasaría con la soberanía de los Estados en los que se combate? Y ¿Cuál sería la opinión de los países colindantes? Sabemos que opinaría Venezuela definitivamente.

El problema creo yo, es que no sabemos realmente pedir ayuda, preferimos enfrentar el problema directamente, y no es hasta que ya no queda más esperanza cuando decidimos hincarnos y rogar. O en el caso de México, rezar. No digo de ninguna forma que Estados Unidos sea igual a la salvación del país. Pero si creo que es tiempo de dejar de estigmatizar a países como el anteriormente mencionado, o a la idea de soberanía nacional.

Creo que es tiempo de pedir ayudar y dejar de creer ciegamente que con la alternancia de la presidencia el problema va a acabar. Nada nunca acaba, y es imposible regresar a la situación en la que antes se encontraba el país. Los viejos tratos desaparecieron y ahora los nuevos líderes y sus sucesores tienen ambiciones más grandes. Mucho más grandes. No espero que suceda una guerra abierta y publica entre un Estado y un cartel u organización delictiva. Sin embargo es un escenario cada vez más posible.

Por como lo veo solo hay 3 opciones, las ordenare de acuerdo a su viabilidad:

1. Pedir ayuda a Estados Unidos. Entrenar tanto a nuestras policías como a las tropas, y a su vez contar con apoyo de las diversas instituciones de seguridad con las que cuenta el gigante del norte.

2. Organizar una coalición de Estados Latinos, en la que se centre un Consejo de Seguridad que permita tomar acciones de acuerdo a los deseos de la mayoría. A su vez invertir en fuerzas armadas y personal preparado para ejecutar las decisiones que se tomen.

3. Que algún rico que este aburrido se gaste su dinero, se disfrace de murciélago (o de tlacuache al menos) y haga la chamba de limpiar las calles durante las noches. Enserio, no entiendo porque nadie en el mundo lo ha hecho.
Sergio Martínez Peralta
 Lic. en Estudios Internacionales
Universidad de Monterrey

1 comentario:

  1. Muy ingenioso y muy bien estructurado el artículo, mi estimado Sergio, como siempre. Más atención a la ortografía, ¿sale?

    -Dr. Cano

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