viernes, 4 de abril de 2014

Chafeando con el Churchill Mexicano...

EL CHURCHILL.

Después de leer los siguientes cuatro artículos:
1. “Inspira Churchill a FCH en su lucha”, Mayolo López, Reforma, 14 de mayo 2011.
2. “Yo, Napoleón”, Carlos Fuentes, Reforma, 24 de mayo 2011.
3. “Eliminan (ahora sí) al 'Chayo'”, Antonio Baranda, Reforma, 10 de marzo 2014.
4. “Los casos del “Chapo” y del “Chayo” revelan el fracaso de Calderón: expertos; ahora debe rendir cuentas, dicen”, Sin Embargo, 11 de marzo 2014.

Antes de leer los artículos mi opinión de Calderón era:
Hay muchas cosas que desde que ingresé a la universidad han cambiado, una de las tantas ha sido mi perspectiva sobre el expresidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012). Probablemente se deba a la posición que mi familia ha jugado incluso desde antes de que mis padres se casaran, pero debido a que durante el sexenio del expresidente (o por lo menos la primera parte) la gente perteneciente a las fuerzas armadas de México (entiéndase Secretaría de Marina o Secretaría de la Defensa Nacional) vivió cierta clase de privilegios sobre los demás como, por dar un ejemplo, la implementación de becas del 100% a los hijos los miembros pertenecientes a SEDENA o SEMAR hasta la universidad que cuenten con un promedio arriba de 85 además de una cuenta bancaria donde se les dé una cuota semestral; me tenía muy a su favor.

El hecho de que hubiese impulsado su lucha contra el narcotráfico/crimen organizado siento que, en aparte, se debió a la necesidad de legitimar su gobierno después de que se generó la duda de si hubo o no fraude durante las elecciones del 2006 en especial con respecto al candidato Andrés Manuel López Obrador (PRD-PT) y debo de admitir que su “discurso feliz” me convenció un poco… Pero eso fue al inicio.
Cuando se perdió completamente el control sobre las calles de México, cuando el país vivía un verdadero estado de pánico ante lo que llamaba Guerra contra el Narcotráfico, cuando se dieron por perdidos el estado de Tamaulipas y las ciudades de Monterrey y Veracruz, cuando sacó a la policía de las ciudades y solicitó que los cuerpos de infantería (sobre todo el de la Marina, porque consideraba que el ejército estaba igual de mal que la policía) entraran en su lugar –cuando esa NO ES SU FUNCIÓN–, cuando le entregó casi toda la inteligencia al gobierno estadounidense, pero más que nada, cuando no fue capaz de poder contar todos los muertos que hubo en el país… Ese fue el momento en el que me empecé a preguntar ¿en manos de que monstruo/idiota está nuestro país?

Recuerdo el estrés de las elecciones del 2012, principalmente porque de los tres candidatos no se hacía uno…Sin embargo, creo que el pueblo mexicano esperaba con ansias la salida del presidente de la república, o por lo menos la gente que no se dejaba engañar por sus discursos disfrazados de “lo estamos logrando” y “muchos han muerto, pero ha valido la pena”, lo que el doctor Cano llama: discurso feliz.


Después de leer los artículos mi opinión de Calderón es:
Como mencioné previamente, esta universidad ha ido cambiando mi manera de ver las cosas y puedo decir que la lectura de estos cuatro artículos ha hecho que Felipe Calderón Hinojosa haya caído aún más de mi gracia.

El primer artículo “Inspira Churchill a FCH en su lucha” de Mayolo López no llamó del todo mi atención porque sólo hacía mención del famoso discurso de Felipe Calderón del 2011 que todos los mexicanos debemos (o deberíamos) de conocer. Pero no puedo decir lo mismo del artículo de Carlos Fuentes –Q.E.P.D. – “Yo, Napoleón” sobre todo porque cuestiona la cordura del antiguo presidente, cosa que creo que todos los mexicanos hacemos, y es muy crítico en cuanto a la ridícula comparación realizada principalmente porque la situación no es la misma, la estrategia tampoco y el intelecto de las partes está muy lejos de ser el mismo. El tercero: “Eliminan (ahora sí) al “Chayo”” de Antonio Baranda también tuvo cierto impacto pero no tanto como el de “Yo, Napoleón”, aunque es importante destacar la sátira del título y que genera la interrogante de qué tanto nos mintieron Calderón y su gabinete durante ese sexenio. Ciertamente el que tuvo mayor grado de impacto sobre mí fue el cuarto: “Los casos del “Chapo” y del “Chayo” revelan el fracaso de Calderón: expertos; ahora debe rendir cuentas, dicen”, al principio no tenía altas esperanzas del artículo porque no conocía a la fuente ni había escuchar hablar de ella (y debo de admitir que soy muy de “fuentes confiables”) pero admito que superó mis expectativas y cambió radicalmente mi punto de vista, enfocando gran cantidad de desprecio sobre el antiguo mandatario y su inepto gabinete. Me encuentro de acuerdo con el punto que menciona el académico Julio Hernández que dice que el error fue querer combatir fuerza vs. fuerza únicamente generando una terrible ola de violencia de la que –hasta ahora– no ha podido salir el país, igualmente con su punto de que la estrategia de EPN va más orientada a la de un país civilizado, pero, como bien dijo Netzaí Sandoval, puede que Calderón haya quedado como el hazmerreír del PRI pero a pesar de haber una mínima mejora en estos cerca de dos años de gobierno del PRI “… no hay un combate real si el negocio no termina” y como dijo Sicilia: no hay que olvidar a las víctimas.

Finalmente, sé que no vale la pena perder la calma ni la cabeza por algo que ya sucedió, pero el hecho de que ahora no sepamos si todos los miembros del crimen organizado supuestamente capturados o neutralizados por bajo el mando de Calderón sea real nos genera la interrogante de que ni siquiera tengamos la certeza de que todas esas muertes que ocurrieron durante el sexenio calderonista hayan sido para, literal, NADA. Es por esto que estoy de acuerdo con gran parte de los expertos incluidos en el último artículo: Es necesario que respondan, tanto Calderón como su gabinete, ante una corte por todas las atrocidades que sucedieron. Y como bien dijo el poeta Javier Sicilia: “… tenemos a los capos, una justicia parcial, pero falta la justicia a las víctimas que son el gran dolor del país”.

-Mrs. Lizárraga.-

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